sábado, 30 de mayo de 2015

LA CERRALLANA


El Restaurante-Cafetería La Cerrallana (tres tenedores) está situado en el complejo deportivo del mismo nombre a las afueras de Béjar, junto a la salida central (la 410) de la autovía A-66 de las tres que comunican con la ciudad textil. Un complejo deportivo que cuenta con piscinas, pistas de tenis y pádel, campo de golf y circuito de cross y cuya ubicación privilegiada sobre la cima del altozano homónimo permite contemplar la exuberancia paisajística bejarana “entre el desierto de Castilla y el erial de Extremadura”, como dijo el poeta José María Gabriel y Galán. La vista puede recorrer, al frente, todo el macizo de la Sierra de Béjar, desde el pico Alaiz y la estación de esquí de La Covatilla, en una punta, hasta los Dos Hermanitos, en la otra; a sus pies, Vallejera, La Hoya, Candelario y Béjar, poblaciones rodeadas e inmersas en la frondosa vegetación que hizo al poeta darle el epíteto de “la verde maravilla”. A sus espaldas, los Picos de Valdesangil que enamoraron al escultor bejarano que triunfó en París, Mateo Hernández.

El restaurante-cafetería, lugar ocio y descanso no menos que de celebraciones familiares, reuniones de negocio y encuentros de amigos, además de escenario de conciertos de jazz y blues, está equipado con el mobiliario de la mejor elegancia y consagra su estética a dos reconocidos valores de la idiosincrasia local: el deporte y la cultura. Por su entorno, lugar de encuentro de deportistas, rinde tributo a las más destacadas figuras internacionales que ha dado el deporte local y las disciplinas que se practican a tiro de piedra, desde el golf al esquí. Sus paredes interiores están tapizadas con una colección de obras del pintor y ceramista Alberto Hernández, artista internacional que Béjar luce en su padrón.

La carta que el comensal puede degustar en la mesa recorre dos territorios de la gastronomía que se combinan sin hacer frontera: los platos locales tradicionales, con el exclusivo calderillo bejarano a la cabeza, guiso bandera de la comarca, y los platos de la cocina más innovadora en su composición, elaboración y presentación, ya sean carnes, pescados, verduras u hortalizas, con postres que regresan al arte de elaborar dulces y confituras y una bodega a la vista que recoge todas las denominaciones de los caldos españoles.